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Envejecimiento bajo control 

1 DE OCTUBRE 2024

Alberto Cordero Aneas
Ingeniero y consultor de gestión del envejecimiento | LinkedIn

¿Alguna vez te has preguntado cómo envejece una central nuclear?

Más allá de ser meros generadores de electricidad, estas estructuras representan un corazón tecnológico que requiere cuidado constante. Similar a la ITV de los vehículos, las centrales nucleares dependen de inspecciones técnicas y programas meticulosos de mantenimiento para asegurar su operación segura a lo largo del tiempo, entrando en juego el concepto de Gestión de Vida de las centrales nucleares.

El Plan de Gestión de Vida (PGV) de las centrales nucleares hace referencia al conjunto de estrategias y actividades diseñadas para mantener las condiciones óptimas de las estructuras, sistemas y componentes (ESC) de una planta nuclear. El objetivo principal es garantizar que estos elementos puedan desempeñar sus funciones de manera segura durante toda la vida útil de la planta. 

En España, la normativa que regula la gestión de vida de las centrales nucleares es la Instrucción IS-22 del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Esta instrucción establece los criterios para la gestión del envejecimiento de los componentes de las centrales nucleares, incluida la gestión en el caso de la explotación a largo plazo. El alcance y contenido del PGV serán, como mínimo, los determinados en la metodología de la norma norteamericana 10 CFR 54 Requisitos para la renovación de la licencia de operacióny en los documentos que la desarrollan, tanto por la agencia reguladora estadounidense como por la industria nuclear, denominados respectivamente Plan de revisión de las renovaciones de licencia de operación (NUREG-1800), Informe genérico de lecciones aprendidas sobre envejecimiento (NUREG-1801) y Guía 95-10 de la Asociación de la Industria Nuclear Americana. 

Renovación de licencias y operación a largo plazo 

En España, para que una planta nuclear pueda seguir operando más allá de sus 40 años, es crucial cumplir con los requisitos de renovación de licencia establecidos por el CSN, debiéndose presentar con un mínimo de 3 años de antelación a la expiración de la autorización de explotación de la central:

  • Plan Integrado de Evaluación y Gestión del Envejecimiento (PIEGE), siendo éste un documento que comprende las actividades del Plan de Gestión de Vida (PGV);
  • Propuesta de suplemento del Estudio de Seguridad en el que se incluyan los estudios y análisis que justifiquen la gestión del envejecimiento de las ESCs de la central en el período de operación a largo plazo;
  • Propuesta de revisión de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento incluyendo los cambios necesarios para mantener las condiciones seguras de operación durante la operación a largo plazo;
  • Estudio del impacto radiológico asociado a la operación a largo plazo, y
  • Propuesta de revisión del Plan de gestión de residuos radiactivos, correspondiente a la operación a largo plazo. 

Programas de Gestión del Envejecimiento (PGE) 

Los Programas de Gestión del Envejecimiento (PGE) son programas de mantenimiento creados en base a experiencias operativas internacionales, fundamentales para una gestión de vida efectiva. Incluyen la identificación de mecanismos de envejecimiento como el agrietamiento y la corrosión, el monitoreo continuo y las evaluaciones técnicas para detectar signos de deterioro y la implementación de medidas correctivas para mantener la seguridad operativa. Además, estos programas de mantenimiento se tratan de un ente “vivo” estando sujetos a actualizaciones periódicas en base a las experiencias operativas internas y externas las CCNN. 

Informes de implantación y medición de la efectividad 

Para garantizar la implementación efectiva y el éxito de los Programas de Gestión del Envejecimiento (PGE), es crucial la elaboración de informes detallados que recojan en un único documento, y de forma periódica, los resultados de las inspecciones llevadas a cabo sobre los ESCs en alcance del programa y cualquier signo de envejecimiento identificado, el cumplimiento de la frecuencia de dichas inspecciones, las acciones correctivas implementadas para mitigar o reparar el envejecimiento, la experiencia operativa interna y externa relacionada con el programa y las posibles modificaciones que haya podido tener dicho PGE durante el periodo de tiempo evaluado. A partir de las conclusiones de dicho informe de implantación, es posible obtener la información necesaria para valorar y cuantificar la efectividad de un Programa de Gestión del Envejecimiento. Esta evaluación se realiza utilizando indicadores de efectividad, creados a partir de una metodología común, pero adaptados a cada planta de forma específica. 

A partir del resultado de estos informes, junto con la evaluación de la efectividad de un PGE en un periodo de tiempo determinado, es posible retroalimentar los programas de mantenimiento, determinando las mejoras y actualizaciones que este requiere, manteniéndose “vivo”.

 

En España, plantas como Almaraz, Trillo, Ascó, Cofrentes, y Vandellós II están gestionando activamente su operación más allá de los 40 años de vida de diseño. Este logro es un testimonio del éxito de la Gestión de Vida de centrales nucleares, que gracias a la implementación rigurosa de programas de gestión del envejecimiento y al cumplimiento de las normativas del CSN, pueden continuar operando de manera segura más allá de su vida de diseño original. Además, este hito no solo subraya la importancia de la gestión de vida en el sector nuclear, sino que también destaca el enfoque coordinado entre operadores y reguladores, un papel fundamental en lo que a la tecnología nuclear se refiere.