“Santa Marta Inteligente”, Premio a la Responsabilidad Social de CAMACOL
Proyecto con un enfoque de inclusión social y equidad de género
El pasado mes de abril, IDOM recibió el Premio a la Responsabilidad Social de CAMACOL (Cámara Colombiana de la Construcción) con el proyecto “Santa Marta Inteligente”. Este reconocimiento identifica, comparte y exalta experiencias exitosas, de alto impacto y generadoras de valor, lideradas por las empresas del sector, que promueven buenas prácticas ambientales, sociolaborales y con las comunidades.
Patrocinado por el Gobierno Británico, a través de su Fondo de Prosperidad, y bajo la supervisión de FINDETER (Fondo de Desarrollo Territorial), se emprendió un trabajo conjunto, con la Unión Temporal EY-IDOM, para materializar este proyecto piloto y convertir a Santa Marta en un referente nacional al ser la primera ciudad Inteligente de Colombia con un enfoque de inclusión social y equidad de género.
El proyecto busca mitigar y anticipar algunas de las problemáticas identificadas en el territorio, y contrarrestar algunos de los impactos negativos generados por el COVID-19, por medio de la formulación de un Plan Estratégico para el centro histórico de Santa Marta, con una prospectiva del territorio al año 2030, priorizando 5 soluciones tecnológicas las cuales son escalables y replicables al resto de la ciudad. Además de la estructuración técnica, legal y financiera de un Centro Integrado de Control y Operaciones (CICO), desde donde se pretenden gestionar y centralizar en un único edificio, las diferentes soluciones tecnológicas.
De manera transversal al desarrollo técnico de la consultoría, se llevó a cabo el Plan de Gestión Social de Equidad de Género (PGSEG), el cual estableció la estrategia y Hoja de ruta del proceso de participación social del proyecto. Todos los productos fueron socializados y validados con los diferentes grupos poblacionales, mediante procesos de participación social contando con una amplia participación por parte de la comunidad, con especial énfasis en grupos de mujeres y en riesgo de exclusión, como población con discapacidad visual, vendedores informales, entre otros.
Todo ello permitió que la visión y participación de las personas se convirtiera en uno de los pilares principales en la formulación del proyecto y se garantizara la cohesión social de este, bajo una perspectiva incluyente y de género.